¡Hola lectores! Como prometí, aquí está mi entrada de Historias Frikis para hoy, espero que sea de vuestro agrado. Realmente no hay mucho que decir antes de la historia, así que simplemente vamos a ella.
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-Sigue así, Darrel- Dijo Carsten, mientras corrían por el sombrío bosque de Mirh -Ya faltan unos cuantos kilómetros.
-Ah, ah... No puedo... Seguir... Agua...- Repetía Darrel una y otra vez. Ya llevaban alrededor de tres horas corriendo, y él sentía que moría -¿Puedo tomar un pequeño descanso?
-NUNCA- Gritó Caitlin, y golpeó a Darrel en la cabeza -Lo último que necesitamos es entrenarte para tomar descansos. En una batalla, si te detienes a descansar morirás. Así que vamos, que no has hecho mucho.
-Pero... ¡Si tú te has venido en esa tabla voladora todo el camino!- Y era cierto, Caitlin había ido por todo el recorrido en una tabla voladora, sin moverse para nada más que para gritarle y pegarle a Darrel cuando éste se quejaba. Siguieron el trayecto en silencio, Darrel casi cayendo. Después de unos diez minutos, Carsten anunció el final del recorrido, y se sentaron a descansar. No hubo momento en su vida en el que Darrel no hubiera bebido tanta agua como lo hizo en ese instante. Carsten reía, y Caitlin miraba con desaprobación. Cayó la noche, y acamparon.
-¿Eh? ¿No volvemos al hotel?- Preguntó Darrel, un poco temeroso al recordar lo que había ocurrido hace días en ese mismo bosque.
-Oh no- Dijo Carsten - Si volviesemos, mañana sería un dolor intentar volver al bosque.
-Hablando de eso, ¿Dónde está exactamente este bosque? -Preguntó Darrel. No había olvidado lo difícil que le había sido encontrarlo.
-En la zona Norte de Mirh. Pero...- Dijo Caitlin, quien estaba asombrosamente tranquila -... En realidad, si vas al norte no lo hallarás. Para encontrarlo, tienes que tener algo más que sólo la orientación necesaria para ir al norte. ¿Sabes qué es ese algo?- Darrel pensó en las dos ocasiones en las que había entrado al bosque, pero no encontró relación alguna con ambos sucesos -Es el deseo y la necesidad de entrar. Por ejemplo, la primera vez que entraste necesitabas el bosque para escapar, y lo hallaste. La segunda, me imagino que te diste cuenta de alguna manera de cuánto necesitas entrenar, entonces deseaste entrar. Es simple, pero a la vez confuso. No sólo con querer entrar basta, tienes que sentir de verdad tu necesidad de entrar, sentirlo de corazón.- A Darrel le sorprendió la tranquilidad con la que Caitlin habló, más que el hecho de la explicación -Si no deseas entrar, simplemente seguirás dando vueltas sin sentido por toda la ciudad.
-Caitlin, gracias por la explicación, pero, ¿Podrías decirme qué te tiene tan tranquila?- Dijo Darrel, al no poder sopartar el peso de la duda.
-Pues bueno, estoy feliz de que hayas sobrevivido hoy, realmente esperaba que tuviesemos que llevarte al hospital- Darrel se dió cuenta de que probablemente no hubiera preguntado, su inseguridad creció. Pero a la vez tembién estaba sorprendido de sí mismo. Realmente esperaba que fuese a caer.
-Bueno Darrel- Dijo Carsten, seguido de un gran bostezo -¿Quieres preguntar algo antes de que vayamos a dormir?
-Bueno... Me preguntaba... ¿Qué relación hay entre ustedes dos? ¿A caso son ustedes pareja?- Caitlin, al oir la pregunta, quedó con los ojos abiertos como platos, y difícilmente tragó el agua que estaba bebiendo.
-¡S-somos hermanos!- Dijo Caitlin, aparentemente alterada.
-No te sorprendas por su reacción Darrel, no es la primera vez que alguien nos empareja, y a su parecer es ridículo que lo hagan- Inquirió Carsten, con una pequeña risa.
-Ya veo... Y ya que estamos, me gustaría saber más acerca de ustedes.
-Claro, pregunta- Le respondió Carsten, ya más despierto con la última pregunta.
-¿Sus edades?
-22- Dijo Carsten.
-24...- Dijo Caitlin.
-Vale, ¿Apellido?
-White- Le respondión Caitlin, tranquila, ya deseosa de dormir.
-¿De dónde vienen?
-Eso ya es algo complicado- Dijo Carsten -Verás, nunca conocimos a nuestros padres, y nuestros más lejanos recuerdos se remontan a nuestra niñez en un orfanato de Inglaterra. Según nuestra cuidadora, nos encontró en un día de pesca a la orilla del mar, en un pequeño barco, y con una nota de nuestros nombres. Tenemos aún dudas de nuestra provinencia.
-Eso es triste, nunca conocer a tus padres... Digo, yo apenas vi a mi padre, pero al menos le conocí- Un silencio le siguiói al comentario de Darrel -Eh... ¿Puedo continuar, o ya deberíamos ir a dormir?
-Oh por favor, continúa, no hay problema en ello- Dijo Carsten.
-Excelente, entonces, siguiente pregunta, ¿Cómo descubrieron sus habilidades con el Psique?
-Más preguntas complejas- Dijo Caitlin -¿Por qué no preguntas sobre nuestra primera mascota? Pero bueno... En lo personal, me di cuenta de mis habilidades a una edad relativamente baja, a los doce años. No recuerdo por qué, cierto día estaba muy molesta. Algo me enojó lo suficiente para llevarme a mi habitación, y después de un rato gritándole a mi almohada, me di cuenta de que algunos objetos flotaban a mi alrededor. Me dispuse a investigar el tema y lo dominé en poco tiempo, para presumirle a Carsten por supuesto.- Caitlin le sonrió a su hermano.
-Pero eso no te duró por mucho tiempo, cuando cumplí trece, las velas de mi pastel ardieron ligeramente más de lo que debieron. Para ser exactos, las llamas alcanzaron el techo de la casa. Yo salí corriendo, pues desde siempre había tenido fobia al fuego. Irónico, ¿No?- Los tres rieron -Luego de un tiempo Caitlin me explicó lo del Psique, y concluímos que me había vuelto un Psiquer de fuego. Con el tiempo superé mi miedo al fuego, y aprendí a manejarlo.- Darrel sólo pensaba en cómo descubriría él su elemento.
-Eh... Creo que no tengo más preguntas- Después de bostezar, prosiguió -Nos vemos mañana.- Dijo, y Caitlin y Carsten se despidieron de él, luego se fue a su tienda que Carsten le había preparado. Y durmió. Al despertar, sintió mucho dolor en sus piernas y brazos. Casi no se podía mover. Se levanto a duros esfuerzos, y salió de la tienda. No había nadie. Revisó en la tienda de Carsten y Caitlin, pero no habían señales de vida. No se sorprendió, probablemente le estaban esperando cerca de allí, para seguir entrenando. Comenzó a desmantelar y guardar su tienda en una mochila, y al finalizar, caminó hacia más adentrado el bosque. Lo que no se esperaba, era que Carsten le cayera en la cabeza, tumbándolo en el suelo.
-Siempre debes estar alerta, nunca bajes la guardia- Le dijo Carsten, levantándose y retrocediendo, colocándose en poscición de combate.
-¡Joder, ¿Sabes cuánto me duele el cuerpo a caso?- Le preguntó Darrel, enfadado.
-¡No seas llorica!- Dijo Caitlin, quién estaba en un árbol sobre Carsten y Darrel -Hoy no tendrás oportunidad de quejarte, la segunda parte de tu entrenamiento da inicio.
-Y... ¿De qué trata? ¿De matarme?- Dijo Darrel, levantándose. Carsten corrió hacia él, y le dió un puñetazo en el abdomen, luego en la cara, y para finalizar le embistió hacia adelante.
-Combate cuerpo a cuerpo Darrel- Dijo Carsten -Entrenarás conmigo unas dos horas diarias desde hoy hasta que mueras si hace falta.
-¡AGH! ¡DOLOR!- Gritó Darrel.
-Este entrenamiento también espero que saque tu elemento a la luz -Le dijo Carsten a Darrel, todavía esperando a que éste se levantase.
-¿Ele-elemento?- La emoción de conocer su elemento alegró a Darrel, y le hizo levantarse como pudo -Entonces, estoy dispuesto a entrenar contigo.- Dicho esto, Carsten sonrió, y comenzó a hablarle sobre las bases para una buena lucha, y se las mostraba de una manera dolorosa. Lejos de allí, dos personas espiaban el entrenamiento de Darrel.
-Coby, ¿A caso no te dije? ¡Éste enano va a ser facilísimo!
-Claro señor- Respondió Coby, forzando una risa.
-Decidido Coby, mañana le damos una visita. Espero que no me sobrepase de poder, Jujuju. -El joven se levantó y dió el catalejo a Coby, quien lo guerdó en su bolsillo. El joven se dirigió al río, donde continuó perfeccionando su velocidad con el agua. -Mañana sabrá contra quien se está enfrentando.
-Ah, ah... No puedo... Seguir... Agua...- Repetía Darrel una y otra vez. Ya llevaban alrededor de tres horas corriendo, y él sentía que moría -¿Puedo tomar un pequeño descanso?
-NUNCA- Gritó Caitlin, y golpeó a Darrel en la cabeza -Lo último que necesitamos es entrenarte para tomar descansos. En una batalla, si te detienes a descansar morirás. Así que vamos, que no has hecho mucho.
-Pero... ¡Si tú te has venido en esa tabla voladora todo el camino!- Y era cierto, Caitlin había ido por todo el recorrido en una tabla voladora, sin moverse para nada más que para gritarle y pegarle a Darrel cuando éste se quejaba. Siguieron el trayecto en silencio, Darrel casi cayendo. Después de unos diez minutos, Carsten anunció el final del recorrido, y se sentaron a descansar. No hubo momento en su vida en el que Darrel no hubiera bebido tanta agua como lo hizo en ese instante. Carsten reía, y Caitlin miraba con desaprobación. Cayó la noche, y acamparon.
-¿Eh? ¿No volvemos al hotel?- Preguntó Darrel, un poco temeroso al recordar lo que había ocurrido hace días en ese mismo bosque.
-Oh no- Dijo Carsten - Si volviesemos, mañana sería un dolor intentar volver al bosque.
-Hablando de eso, ¿Dónde está exactamente este bosque? -Preguntó Darrel. No había olvidado lo difícil que le había sido encontrarlo.
-En la zona Norte de Mirh. Pero...- Dijo Caitlin, quien estaba asombrosamente tranquila -... En realidad, si vas al norte no lo hallarás. Para encontrarlo, tienes que tener algo más que sólo la orientación necesaria para ir al norte. ¿Sabes qué es ese algo?- Darrel pensó en las dos ocasiones en las que había entrado al bosque, pero no encontró relación alguna con ambos sucesos -Es el deseo y la necesidad de entrar. Por ejemplo, la primera vez que entraste necesitabas el bosque para escapar, y lo hallaste. La segunda, me imagino que te diste cuenta de alguna manera de cuánto necesitas entrenar, entonces deseaste entrar. Es simple, pero a la vez confuso. No sólo con querer entrar basta, tienes que sentir de verdad tu necesidad de entrar, sentirlo de corazón.- A Darrel le sorprendió la tranquilidad con la que Caitlin habló, más que el hecho de la explicación -Si no deseas entrar, simplemente seguirás dando vueltas sin sentido por toda la ciudad.
-Caitlin, gracias por la explicación, pero, ¿Podrías decirme qué te tiene tan tranquila?- Dijo Darrel, al no poder sopartar el peso de la duda.
-Pues bueno, estoy feliz de que hayas sobrevivido hoy, realmente esperaba que tuviesemos que llevarte al hospital- Darrel se dió cuenta de que probablemente no hubiera preguntado, su inseguridad creció. Pero a la vez tembién estaba sorprendido de sí mismo. Realmente esperaba que fuese a caer.
-Bueno Darrel- Dijo Carsten, seguido de un gran bostezo -¿Quieres preguntar algo antes de que vayamos a dormir?
-Bueno... Me preguntaba... ¿Qué relación hay entre ustedes dos? ¿A caso son ustedes pareja?- Caitlin, al oir la pregunta, quedó con los ojos abiertos como platos, y difícilmente tragó el agua que estaba bebiendo.
-¡S-somos hermanos!- Dijo Caitlin, aparentemente alterada.
-No te sorprendas por su reacción Darrel, no es la primera vez que alguien nos empareja, y a su parecer es ridículo que lo hagan- Inquirió Carsten, con una pequeña risa.
-Ya veo... Y ya que estamos, me gustaría saber más acerca de ustedes.
-Claro, pregunta- Le respondió Carsten, ya más despierto con la última pregunta.
-¿Sus edades?
-22- Dijo Carsten.
-24...- Dijo Caitlin.
-Vale, ¿Apellido?
-White- Le respondión Caitlin, tranquila, ya deseosa de dormir.
-¿De dónde vienen?
-Eso ya es algo complicado- Dijo Carsten -Verás, nunca conocimos a nuestros padres, y nuestros más lejanos recuerdos se remontan a nuestra niñez en un orfanato de Inglaterra. Según nuestra cuidadora, nos encontró en un día de pesca a la orilla del mar, en un pequeño barco, y con una nota de nuestros nombres. Tenemos aún dudas de nuestra provinencia.
-Eso es triste, nunca conocer a tus padres... Digo, yo apenas vi a mi padre, pero al menos le conocí- Un silencio le siguiói al comentario de Darrel -Eh... ¿Puedo continuar, o ya deberíamos ir a dormir?
-Oh por favor, continúa, no hay problema en ello- Dijo Carsten.
-Excelente, entonces, siguiente pregunta, ¿Cómo descubrieron sus habilidades con el Psique?
-Más preguntas complejas- Dijo Caitlin -¿Por qué no preguntas sobre nuestra primera mascota? Pero bueno... En lo personal, me di cuenta de mis habilidades a una edad relativamente baja, a los doce años. No recuerdo por qué, cierto día estaba muy molesta. Algo me enojó lo suficiente para llevarme a mi habitación, y después de un rato gritándole a mi almohada, me di cuenta de que algunos objetos flotaban a mi alrededor. Me dispuse a investigar el tema y lo dominé en poco tiempo, para presumirle a Carsten por supuesto.- Caitlin le sonrió a su hermano.
-Pero eso no te duró por mucho tiempo, cuando cumplí trece, las velas de mi pastel ardieron ligeramente más de lo que debieron. Para ser exactos, las llamas alcanzaron el techo de la casa. Yo salí corriendo, pues desde siempre había tenido fobia al fuego. Irónico, ¿No?- Los tres rieron -Luego de un tiempo Caitlin me explicó lo del Psique, y concluímos que me había vuelto un Psiquer de fuego. Con el tiempo superé mi miedo al fuego, y aprendí a manejarlo.- Darrel sólo pensaba en cómo descubriría él su elemento.
-Eh... Creo que no tengo más preguntas- Después de bostezar, prosiguió -Nos vemos mañana.- Dijo, y Caitlin y Carsten se despidieron de él, luego se fue a su tienda que Carsten le había preparado. Y durmió. Al despertar, sintió mucho dolor en sus piernas y brazos. Casi no se podía mover. Se levanto a duros esfuerzos, y salió de la tienda. No había nadie. Revisó en la tienda de Carsten y Caitlin, pero no habían señales de vida. No se sorprendió, probablemente le estaban esperando cerca de allí, para seguir entrenando. Comenzó a desmantelar y guardar su tienda en una mochila, y al finalizar, caminó hacia más adentrado el bosque. Lo que no se esperaba, era que Carsten le cayera en la cabeza, tumbándolo en el suelo.
-Siempre debes estar alerta, nunca bajes la guardia- Le dijo Carsten, levantándose y retrocediendo, colocándose en poscición de combate.
-¡Joder, ¿Sabes cuánto me duele el cuerpo a caso?- Le preguntó Darrel, enfadado.
-¡No seas llorica!- Dijo Caitlin, quién estaba en un árbol sobre Carsten y Darrel -Hoy no tendrás oportunidad de quejarte, la segunda parte de tu entrenamiento da inicio.
-Y... ¿De qué trata? ¿De matarme?- Dijo Darrel, levantándose. Carsten corrió hacia él, y le dió un puñetazo en el abdomen, luego en la cara, y para finalizar le embistió hacia adelante.
-Combate cuerpo a cuerpo Darrel- Dijo Carsten -Entrenarás conmigo unas dos horas diarias desde hoy hasta que mueras si hace falta.
-¡AGH! ¡DOLOR!- Gritó Darrel.
-Este entrenamiento también espero que saque tu elemento a la luz -Le dijo Carsten a Darrel, todavía esperando a que éste se levantase.
-¿Ele-elemento?- La emoción de conocer su elemento alegró a Darrel, y le hizo levantarse como pudo -Entonces, estoy dispuesto a entrenar contigo.- Dicho esto, Carsten sonrió, y comenzó a hablarle sobre las bases para una buena lucha, y se las mostraba de una manera dolorosa. Lejos de allí, dos personas espiaban el entrenamiento de Darrel.
-Coby, ¿A caso no te dije? ¡Éste enano va a ser facilísimo!
-Claro señor- Respondió Coby, forzando una risa.
-Decidido Coby, mañana le damos una visita. Espero que no me sobrepase de poder, Jujuju. -El joven se levantó y dió el catalejo a Coby, quien lo guerdó en su bolsillo. El joven se dirigió al río, donde continuó perfeccionando su velocidad con el agua. -Mañana sabrá contra quien se está enfrentando.
Episodio 5 - Bajo la Luna => FIN
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¿Recuerdan que hace dos semanas les comenté que iba a trabajar arduamente en este episodio? Pues resulta que al final me decidí por trasladar el episodio que tenía en mente para el episodio 7 u 8, para detallar un poco mejor algunos aspectos. Recuerden desayunar proteínicamente todos los días, llevarse bien con su vecino (Y su perro...) y de recomendarnos con TODOS. ¡Hasta la próxima!
-Guille-
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