¡Hola de nuevo lectores! Oh sí, he vuelto para publicar mi Historia Friki que debí haber publicado ayer. Primero, quiero aclarar que este no es un regreso mío total, puesto a que sigo sin internet propio; me encuentro en un Café Internet, dónde me cobran carísimo los dueños cabrones, pero que me permíte estar una vez más con ustedes a través de esta entrada. No sé, supongo que debería publicar algo más... Pero no es como que tenga mucho tiempo disponible para traer una entrada con un tema ajeno a mis Historias Frikis, las cuales son escritas sin necesidad de Internet, y por ende lo único que debo hacer es publicarla. ¡Pero no se angustien! Pronto, muy pronto me aseguraré de volver absolutamente con ustedes! ¡Pronto lectores! Y mientras ese pronto llega, disfruten del décimo episodio de "Fighting Sephirtoh", en el que culmina la saga 1: "Psique, Sephiroth y un Torneo". ¡Vamos a la Historia!
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-¿Sí sabes,- Dijo el muchacho de diesciséis
años, probablemente de diescisiete. -que esto significa lo suficiente para mí
como para tener que destruirte?
-Lo sé perfectamente, Rodian, pero sé que
tendrás la compostura y el autocontrol para esperar un poco más.- Dijo Cokhmah,
mientras estaba sentado en el agua de un río, y a sus espaldas una larga
cascada relajaba la mente con sus melodiosos sonidos. El muchacho estaba
sentado, pero al oir la respuesta de su acompañante, se levantó y caminó hacia
el río donde se hallaba Cokhmah. Éste no se movió más que para sonreír.
-Rodian, no te atreverías, no en este lugar de paz.
-Mi hogar solía ser un lugar de paz, y
entonces ustedes nos despojaron de todo. No veo cuál es la diferencia con
despojarlos a cada uno de ustedes de sus propios lugares de paz. Y, lo repito,
mi nombre no es Rodian.- El muchacho esta vez dejó emerger de sus manos un
cetro la mitad del largo de su cuerpo, y éste comenzó a brillar con una luz
amarilla intermitente y casi difusa. Seguía acercándose a Cokhmah.
-¿Ese no es tu nombre, joven muchacho?
Entonces dime, ¿Cuál es, eh?- Dijo Cokhmah, aún inmóvil sentado en las aguas
del poco torrencial río, cuyas aguas cristalinas dejaban ver a los diversos
peces que nadaban a gran velocidad en dirección a la corriente. Pero toda la
corriente del río y la caída de las aguas desde la cascada se detuvieron en
seco, dejándose tan inmóviles como estaba Cokhmah. El muchacho dio un paso, y
se detuvo, con el cetro en mano.
-Cokhmah, eso es algo que no puedo
responderte, por lo menos no con certeza. Mi nombre se perdió junto a la
memoria de quienes fueron en algún tiempo mis padres.- Dijo el muchacho, ya a
la orilla del inmóvil río, a no más de diez pasos de Cokhmah. Cokhmah rió y
negó con la cabeza, cerrando los ojos. Luego vio a su acompañante directamente
a los ojos, sin perder esa cálida y a la vez sombría sonrisa que le
caracterizaba.
Fue entonces cuando Cokhmah se levantó al
fin. -Rodian, o como sea que desees
llamarte, tus actos te han llevado hasta esta situación. Buscado por los
Sephiroth, las emanaciones más fuertes del mundo, y que se suponen que son
indestructibles, para ser destruido. Al ser yo un Sephiroth, no me queda más
opción que destruirte. Ahora, pondré a tu disposcición dos opciones; la
primera, rendirte y venir conmigo hasta tu final; y la otra, una que no
considero prudente, sería quedarte y-- Pero las palabras de Cokhmah fueron
interrupidas por una barricada de cientos de rayos que salían del cetro del
muchacho, el cual estaba apuntado hacia Cokhmah. La incesante estampida de
rayos continuó por un minuto completo. Luego, cuando nuestro Psiquer de trueno
dejó su ataque, el agua se hallaba vacía.
Literalmente. Puesto a que ya no había agua
en donde se suponía que se abarcaban las aguas del río. El muchacho simplemente
vio hacia arriba y allí estaba Cokhmah, volando no mucho más alto que el punto
más alto de la cascada cercana, y era rodeado por lo que parecía ser una
serpiente creada totalmente a base de agua, que avanzaba sin final haciendo
círculos alrededor de Cokhmah. La serpiente parecía estar cargada con energía
eléctrica en todas partes, ya que había absorbido todo el ataque del muchacho.
-Debo ser cuidadoso de no tocar a Selvii ahora, ya que sería peligroso. Tú, por
otro lado, no has de tener inconveniente…- Entonces Selvii, la serpiente de
Cokhmah, dejó de dar vueltas, y su cabeza cambió a la de una afilada punta de
lanza. Cayó en picada en dirección al chico.
Pero el muchacho era más rápido, y le evadió
con un salto y un giro en medio del aire. No obstante, Selvii era demasiado
larga para poder evitarle de solo un salto, y, después de poner su mano en el
cuerpo de Selvii para absorber toda su electricidad, hizo emerger desde los
cielos un rayo, que cayó en la palma de su mano. Tomó el rayo y se impulsó
hacia arriba. Una acción de menos de un segundo. Ya en el aire, el muchacho
puso su mano viendo al suelo, e hizo aparecer un disco de rayos con el diámetro
de su altura, y se quedó de pie en su nueva plataforma. Se encontraba a unos
cien metros de Cokhmah, quien simplemente sonreía. El muchacho se dio cuenta
que, ahora, Cokhmah se hallaba adelante, y Selvii le esperaba justo detrás,
listo para cualquier ataque. Estaba rodeado.
-Esto es bueno, Rodian, me habían informado
de que tenías el poder de diez Psiquer juntos, pero no me imaginé jamás que
pudieras superar la velocidad de Selvii. Será una lástima tener que
eliminarte.- Ante esta frase, el muchacho simplemente rió; rió de la manera más
profunda y burlona que logró, y cuando se detuvo, le habló a Cokhmah.
-Eso es exactamente lo que dijo Kéter, y
terminé eliminándole. Y en cuanto a mi nombre, pudes decirme Feather, Feather
Fullmoon.- Los ojos del muchacho se tornaron blancos, y en ambas manos se
produjeron tres aros igualmente blancos. Con una sonrisa, estalló miles de
rayos, y la batalla tomó un giró más serio. Ninguno de los dos iba a contenerse
más.
*****
Darrel se hallaba, entonces, en las ramas de
un árbol que estaba a punto de caer tras tantas mordidas por parte del
gigantezco lobo. La sangre de Darrel yacía fría y le impedía moverse mucho más
que para sujetarse más fuerte del tronco principal del árbol. El lobo, que hace
tiempo pudo haber derribado el árbol con una llamarada, decidió “jugar” un poco
con su presa, y le dejó asustarse. Su plan había resultado.
Entonces, Darrel pensó en la manera de hacer
algo, aunque algo confuso por el miedo. Pero antes que pudiera pensar en algo
realmente bueno, el árbol comenzó a caer, e impactó con mucha fuerza en el
suelo, dejando a Darrel atrapado entre muchas ramas. El lobo se acercó, y a
Darrel le pareció, aunque confiaba que solamente era su imaginación, que había
visto una sonrisa en el hocico del lobo. Con las fauces abiertas, empezó a
morder y desgarrar en dirección a Darrel. Pronto el cuerpo de Darrel, y también
él mismo, estaría muerto.
Pero Darrel entonces se dio cuenta que, por
ahora, estaba salvado. Estaba atrapado entre ramas, y por tanto, éstas le
proporcionaron protección suficiente para no ser embestido de lleno por las
mordidas del lobo. Darrel se dio cuenta que si iba a pensar en un plan, era
ahora o nunca. Con el tiempo que disponía, pensó en lo que había aprendido a
través de toda la mañana, y lo primero que recordó fue cómo crear hielo, así
que alcanzó el segundo nivel en su menté, y, dejando por un lado el emocionante
hecho de haberlo logrado tan facilmente, creó un bozal de hielo en el hocico
del lobo, y además fijó las patas al suelo, con hielo. De un soplido por parte
del lobo, el bozal ya había desaparecido, pero el hielo en sus patas parecía
realmente ser un problema, al no poder girar su cabeza totalmente a sus patas
para enviar una llamarada que derritiera el hielo. Darrel luego pensó en lo
primero que aprendió, a manipular el hielo, e incluso poder absorberlo. Pero
por el momento, Darrel solamente deseaba una cosa, y, recordando la facilidad
con la que alcanzó el segundo nivel, empezó su proceso para llegar al nivel
uno. Al llegar y poseer un aro en cada una de sus manos, extendió un brazo en
dirección al lobo, y pensando en lo que deseaba con todas sus fuerzas, el lobo
fue empujado hacia atrás, movido por los cuatro soportes de hielo hallados en
cada una de sus patas.
Darrel se apresuró a recrear su arco y
flechas, los cuales se habían destruido con la caida desde lo alto del árbol,
y, justo después de haber cumplido su objetivo, salió de las ramas no sin antes
herirse con varios cortes en sus ropajes y, claramente, en su piel. Ya afuera,
no perdió un solo segundo, y apuntó a las orillas del claro, donde el lobo
ahora se encontraba, justo en el costado derecho. Después de fijar su objetivo,
Darrel se mordió un labio, apretó con fuerza su flecha y su arco, para luego
soltar la flecha sin más. Para la desfortuna de Darrel, la flecha no hizo
mucho, pues ni siquiera atravesó la piel del lobo. Ahora sí, Darrel estaba
perdido.
*****
-Tal vez no lo aparentes, pero eres
extremadamente fuerte, Rodian.- Dijo Cokhmah, ahora flotando sobre los inmensos
escombros de lo que minutos atrás había sido un hermoso paraje de paz y
quietud. El río había sido desviado totalmente, y ninguna cascada se alzaba ya.
Los árboles de los alrededores fueron destruidos, reemplazados ahora por
enormes cráteres tan anchos como autos y tan profundos como la altura de un
camión. Era un escenario terrible, demostrando la devastadora fuerza de cada
contrincante. -Me temo que no seré capaz de derrotarte.
Feather tomó aire, más del que ya tomaba al
jadear, y se elevó más en el aire con su platarforma, justo a la altura de
Cokhmah, pero considerablemente lejos. Cuando habló, estaba casi gritando. -Y
yo me temo, que no podré derrotar al tercero. Tu fuerza me da mucho qué pensar
acerca de los siguientes ocho.
-Bueno, si quieres mi consejo…- Dijo
Cokhmah, sentándose en medio del aire. -Muere aquí. Es la única manera de
evitar el dolor que tendrás en el futuro si continúas con la caza de los
Sephiroth. Este camino no llevará a nada bueno, y no puedes seguir.
-Es una suerte que no quiera tu consejo.-
Dicho esto, Feather levantó su cetro, y poco a poco fue tomando la forma de una
lanza, color plata pero aún teniendo su ocasional cambio a color amarillo
difuso. Se acercó a Cokhmah, siempre volando en su plataforma eléctrica, y se
decidió a clavarla en el pecho de su oponente. Levantó el brazo y lo movió
hacia adelante. Cokhmah la iba a esquivar, y entonces Feather tendría la
oportunidad de hacer un ataque final y devastador. Utilizó toda su fuerza para
hacer que el movimiento fuese lo más rápido posible, para evitar que Cokhmah se
alejase demasiado. Su estrategia era esperar a que Cokhmah esquivara el ataque,
posicionándose justo al lado de la lanza; y entonces, cuando Cokhmah sintiera
seguridad, la lanza se convertiría en un imán para Cokhmah, y le perseguiría
para adherirsele. Cuando la lanza estuviera pegada, Feather activaría su
técnica más poderosa hasta ese momento, Tesla’s
Tomb, y le eliminaría. Todo estaba calculado para el momento en el que
Cokhmah esquivara la lanza.
Pero no lo hizo.
Cokhmah no esquivo la lanza, y penetró de
lleno en su pecho. Una herida limpia, sin sangre puesto que los Sephiroth no la
poseen, pero aún así dolorosa como nada que había sentido Cokhmah. -Entonces…
Seré yo quien muera, Rodian. No voy a presenciar un escenario tan doloroso como
el que será tu muerte.- Feather, estupefacto, retiró la lanza del interior del
cuerpo de Cokhmah, y le vio con ojos de horror. No esperaba nada de esto.
-Entonces… Permíteme terminar.- Cokhmah
asintió. -Sticking Stick.- Su lanza
entonces salió de sus manos y se posó en el torso de Cokhmah, quien intentó
retirarlo con un mínimo de fuerza, pero no logró nada, estaba totalmente
pegado. Feather se alejó, y se alejó tanto que al final Cokhmah era solamente
un punto en la vastidad de los cielos. Los ojos de Feather se tornaron blancos,
y tres aros aparecieron en cada una de sus manos. Alzó ambos brazos en
dirección a Cokhmah, y murmuró una palabra. -Adiós.- Y un “Nos volveremos a ver, procura buscarme cuando desees saber más.” resonó
en su cabeza, respondiendo inconscientemente con “Eso no ocurrirá.”. -Tesla’s
Tomb.- Y luego, como si se tratase realemente de una esfera de Tesla,
cientos de miles de rayos se abrieron paso de la nada hacia un único centro, la
lanza de Feather. O mejor dicho en este caso, Cokhmah. Pasados diez segundos
del inmenso ataque, Feather perdió el conocimiento, y cayó suavemente al árido
suelo en su plataforma.
*****
Darrel se hallaba corriendo de punta a punta
del claro, perseguido por un constantemente detenido lobo. El lobo había
quedado libre gracias a una manera que encontró para librarse de su prisión de
hielo, bajando la cabeza cuanto podía, y luego soltando todo el fuego que podía
expeler. Eventualmente, el hielo se derretiría o debilitaría, y sería capaz de
correr hacia Darrel. Pero éste último sabía muy bien lo que debía hacer, y
continuó aprisionado al lobo cada vez que se liberaba. Pero después de un
tiempo, Darrel quedó totalmente exhausto, y prosiguió con volverse a subr a un
árbol.
Joder,
¡Es que no se cansa! Pensó Darrel para si mismo. ¡No hay manera de ganarle! Entonces un pañuelo rojo voló
ligeramente frente a sus ojos, y luego tomó un brusco giro en torno a la cara
de Darrel, y le impactó con fuerza, dejándole sin poder ver y con dolor.
-¡Caitlin! ¡Pudiste dármelo de otra manera!- Pero sabiendo que esa pista era su
última oportunidad de ganar, la tomó y empezó a leer.
PISTAS DE AYUDA
y blah, blah…
Ahora te habla
Caitlin pedazo de inútil. Joder, ¡Que se jodan
los acertijos!
Utiliza tu habilidad para mover el
hielo de manera
que hagas tus flechas más rápidas y a la vez
más mortíferas.
-Caitlin-
(Quien te dará
una paliza si te atreves a perder)
Darrel leyó las líneas con asombro en su
cara. Pero más que todo, sonrió porque Caitlin ya no mostraba estar enojada con
él, o por lo menos más de lo normal. Darrel entonces pensó en algo. En que tal
vez su destino era tener ese arco como única arma. La idea lo decepcionaba y a
la vez le emocionaba. Jamás se había considerado con habilidad superior a los
demás con su puntería, pero ahora se daba cuenta que era muy buena, y había de
explotarla. Pues mi arco, entonces,
necesita un nombre. Pensó Darrel, y se pusó de pie en la resbaladiza rama
donde se hallaba sentado. Alcanzando su segundo nivel de Psique, pensó en crear
un arco. Pero no el arco que estaba usando hacía unos minutos, del largo de su
torso y con esa extraña cuerda tan corta. Entonces, con toda la energía que emanaba
de él en ese momento, pensó en un arco alto, tan alto como la altura desde sus
pies hasta el inicio de su cabeza; ligeramente curveado, con unas perfectos
acabados en cada una de las puntas, como si se tratasen de alas, una a cada extremo;
con un lugar más delgado que el resto designado especialmente para su mano y la
flecha, justo en el centro. Y las flechas, eran más largas, mucho más largas, y
además más gruesas y perfectas. Ya tenía el nombre para su arco. Luego,
vociferó a todo pulmón. -¡BIRI!- El
arco que se describió en su cabeza apareció como si nada en su mano izquierda,
y tres flechas como también las pensó en su mano derecha. Sin dejar el nivel
dos, creó de nuevo los trozos de hielo que sujetarían al lobo al suelo.
Bajó rápidamente del árbol, ya habiéndose
despojado del segundo nivel, y corrió al extremo contrario de donde se hallaba
el lobo. Dio la vuelta, y, sin sorprenderle, el lobo ya estaba corriendo en
dirección a él. Esta vez Darrel no se movió; simplemente puso a Biri frente a
él, colocó una flecha en su mano y en la larga cuerda; tiró de la flecha tanto
como pudo, y alcanzó el nivel uno casi sin pensar. Y soltó la flecha cuando el
lobo estaba a un salto de distancia, directamente al vientre. -¡Bullet Arrow!- Gritó.
Luego dio un salto con miedo a la derecha,
pues el lobo sentía tanto dolor que le hizo desviarse de su camino original.
Darrel, satisfecho por su trabajo, sonrió. Aunque claro, la flecha para después
de cinco segundos dejó de existir, derretida por el calor corporal del lobo.
Este no era el fin claramente, así que el lobo reanudó posición para empezar a
correr. Antes de esto, Darrel pensó en ponerle fin a la batalla; creó cuatro
flechas, porque había perdido las otras dos que había creado, y las puso todas
para tirarlas de un tiro, y, antes de soltarlas, gritó. -¡Arrow Shotgun!- El lobo se avalanzó sobre él, y las cuatro flechas
se estancaron totalemente en su vientre, esta vez dejándole fuera de combate.
Darrel sonrió al ver a su oponente en el suelo, y se le acercó. -Oye, no se te
ocurra morir o algo. Me sentiría demasiado culpable si terminaras muriendo.-
Todo esto lo dijo rascando suavemente tras la oreja del caido lobo. Luego de
acariciar su pelaje, se puso de pie y giró. Avanzando desde el otro extremo del
claro, Caitlin y Carsten se acercaban caminando.
Darrel les vio con una sonrisa, y empezó a
caminar hacia ellos. Caitlin se apresuró más que su hermano, y alcanzó a Darrel
antes. Le abrazó con todas sus fuerzas, dejando a Darrel sorprendido; de los
últimos días, Darrel no había recibido un solo abrazo por parte de Caitlin. Y
antes que pudiera devolver el abrazo, Caitlin le empujó hacia atrás, riendo.
Ahí estaba la ya conocida Caitlin.
-¡Bien, Darrel! Sobreviviste, me
impresiona.- Dijo Caitlin con una cara tan cálida y amigable como a Darrel no
se le había ocurrido que pudiese hacer.
-Es verdaderamente sorprendente.- Dijo
Carsten, quien recién llegaba. -Esperaba mucho de ti Darrel, pero jamás imaginé
que tanto.
-Esto… ¿Y qué hice de sorprendente?-
Preguntó Darrel, confundido. -Simplemente pasé mi entrenamiento elemental,
¿No?- Caitlin y Carsten se vieron mutuamente por unos segundos, y luego fue
Carsten quien respondió a la pregunta de Darrel.
-Es que Darrel… Este entrenamiento que involucra
los niveles de Psique y por consiguiente la aparición de los aros en las manos,
es un raro entrenamiento que lleva por lo menos cinco años de entrenamiento
continuo para alcanzar a voluntad cualquiera de los tres niveles. Cinco años
resumidos en un solo día, eso es lo que hiciste.- Esta última oración terminó
de impactar en los pensamientos de Darrel, y le dejó con los ojos abiertos como
nunca y la piel blanca como nieve. Temblaba levemente y sus ojos no se movían.
-Tu poder va más allá del que imaginábamos, solamente hay que hacerle
aparecer.- Carsten le dedicó una sonrisa a Darrel, quien seguía sin poder
articular una sola palabra. Después de un momento, Carsten tomó el hombro de
Darrel con la mano izquierda y tendió la derecha hacia Caitlin, invitándole a
tomarla. -¿Cait?
-Sí, vamos.- Acto seguido, Caitlin tomó la
mano de Carsten, y los tres aparecieron de repente en el salón principal del
hotel Fighting Hall. Como Darrel lo recordaba de la última vez que lo vio, la
sala principal estaba totalemente desierta. Con paredes doradas e iluminada con
tenues luces amarillas, la sala principal lucía tal como cualquier otro hotel
de gran lujo. -Muy bien Darrel, pediremos comida para la habitación; tú ve y
espérala. Y por cierto… No te caería mal en lo absoluto darte una ducha.- Sin
responder si quiera, Darrel asintió y se encaminó a las escaleras. Cuando le
perdieron de vista, Caitlin y Carsten se apresuraron a la cocina, hacia la cual
se llegaba a través de un laberinto de pasillos en la planta inferior, ya bajo
tierra.
-La noticia de su poder le ha tomado muy por
sorpresa.- Comentó Carsten después de una larga caminata en silencio. Caitlin
simplemente asintió. Pero luego pensó en algo más qué decir, para no quedar tan
vacía ante la conversación.
-Pues sí, hace ya tiempo que dejó en claro
que no maneja del todo bien las sorpresas.- Carsten soltó una pequeña risa, y
Caitlin le acompañó. -Hemos hecho bien al entrenar a Darrel. El maestro estaría
orgulloso. Carsten asintió y el silencio reanudó. Tiempo después, llegaron a la
cocina.
*****
-¡Lo que me faltaba! ¡Tú de nuevo!- Dijo
Darrel con una sonrisa, llegando a su habitación, la cual continuaba
exactamente igual a como la había dejado días atrás. El único cambio que se
lograba distinguir era la alta figura que yacía recostada en lo que era la cama
de Darrel. -Pero dime, ¿Qué te ha ocurrido? ¡Estás hecho polvo!- Darrel
preguntaba con verdadero interés a la figura, mientras su sonrisa inicial se
desvanecía.
Y era cierto, su acompañante se encontraba
herido por todas partes, y con sus ropajes raídos y casi destruidos. Cokhmah le
vio a los ojos, forzando una sonrisa. -Teho…- Empezó, pero de repente perdió
todas sus fuerzas y dejó de hablar. Darrel se apresuró a tomar un taburete y a
sentarse al lado de Cokhmah, quien tomó fuerzas para decir unas cuantas
palabras más. -Toca… Mi cabeza…- Y así, sin rechistar, Darrel tocó con la palma
de su mano la cabeza de Cokhmah.
Una ráfaga de recuerdos atravesó la cabeza
de Darrel, con éste último entendiéndolos como si los estuviera leyendo. Todo
empezó con la llegada de Feather ante Cokhmah, y concluyó con la abrupta
aparición de Cokhmah en la habitación de Darrel. No más de un minuto para
terminar de revisar los recuerdos. Luego, resonó un mensaje en la cabeza de
Darrel.
Teho,
si no hubiera aparecido aquí en el momento exacto en el que lo hice, estaría
muerto ahora. Te muestro esto para que veas el poder que reside en Rodian, y el
extremo cuidado que debes tener cuando le encuentres. Recuerda estos
pensamientos, pronto cobrarán sentido. Y sin más palabras que Darrel
hubiera recibido, Cokhmah ya no estaba allí. Darrel quedó viendo a la pared,
con la boca abierta y los ojos llenos de sorpresa. Ese era el poder del Psiquer que destruyó a Kéter, y que por poco
elimina a Cokhmah. Tan sumido estaba en sus pensamientos que no notó cuando
Carsten y Caitlin entraron por la puerta.
-¿Te encuentras bien, Darrel?- Preguntó
alguno de los hermanos, pero Darrel no se dio cuenta quién. Con un leve
movimiento de cabeza en torno a sus dos acompañantes, dijo, con un tono
profético y doloroso:
-No sé cuándo, y no sé dónde; pero en algún
lugar, en algún momento, me enfrentaré a aquel que destruyó a Kéter, y no hay
manera de cambiar eso.- Dicho esto, Darrel se dejó caer en su cama y cayó en un
profundo sueño. Un extraño destino le aguardaba.
Episodio 10 - ¡Biri! => Fin
Saga 1 - Psique, Sephiroth y un Torneo => Fin
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¿Os gustó? ¡Porque a mí me encantó! No olviden, y se los pido de todo corazón, comentar su opinión personal acerca de cómo va la historia. Ya saben, qué no les gusta, qué odian, qué les agrada, cosas así, que me ayudarán en el camino a mejorar y mejorar.
Y bueno, ¿Saben qué es lo especial de este episodio? Bueno, sí, que termina la saga 1, y empieza la segunda con el siguiente episodio, pero ¿Y además de eso? Pues claro, ¡La sorpresa que les prometí! No es de lo mejor, pero es algo para que tengan presente toda la historia en su ordenador, siempre lista para ser leída. Así, les presento el "Recopilatorio "Fighting Sephiroth" Ver. 1.0" *Aplausos abrumadores de una multitud también abrumadora*. Al ser la versión 1.0, no tiene casi nada de contenido, más que los diez primeros episodios y una que otra cosa, pero eso es todo; no se preocupen, habrán actualizaciones en cada cambio de saga, y no olviden que si esto parece poco, es porque esto es solamente el inicio. Y bueno, ahora viene el enlace para la descarga:
[Presióname y entra al asombroso mundo de "Fighting Sephiroth"]
Recuerden releer toda la historia, para recordar detalles y ciertos aspectos que tal vez hayan olvidado, además de hacerlo para llevar un mejor seguimiento de la historia.
No olviden alimentar a los peces, recomendarnos con TODOS, y seguir una dieta rica en calcio y zinc, además de escribirnos en los comentarios o directamente a piruletavencida@hotmail.com. Que Varaha os guarde. ¡Hasta luego!
-Guille-