¡Hola lectores! ¿Cómo se encuentran? Espero que de maravilla, disfrutando de los pequeños placeres de la vida. Hoy les traigo una noticia que quizá sea irrelevante para algunos, pero a mi me parece totalmente estúpida e innecesaria, como pueden observar en el título.
Pues déjenme contarles que Angela Prattis, residente de la ciudad de Chester Township de Filadelfia, donde el ingreso anual per cápita oscila en torno a los 19.000 dólares, decidió repartir comida gratis a los niños de escasos recursos de la localidad durante varios meses. Prattis distribuía la comida en su garaje, a donde acudían un aproximado de 60 niños cinco días a la semana. La Archidiócesis (De la iglesia católica, buscadlo en Wikipedia) de Filadelfia suministraba la comida y controlaba el programa, ya que Prattis le presentaba informes semanales. Una muy buena acción, ¿Cierto? Pero el alcalde no opinaba lo mismo.
Cuando la alcaldía de la localidad se enteró de su labor, decretó que para ello, Angela debería de obtener un permiso para repartir comida o bien, pagar una multa de 600 dólares por cada día de caridad. Como su labor de beneficencia había durado tres meses, dicha multa ascendería a más de 50,000 dólares. En cualquier caso, la obtención del permiso es bastante costosa, y asciende a $1,000. Las autoridades insisten en que esta noble mujer violaba las leyes de la localidad, debido a que viven en una zona residencial donde el reparto de comida gratis está prohibido. ¿WTF? ¡Qué gran estupidez!
En el primer momento, la administración tenía la intención de cobrar la multa por este verano, pero al ver la gran repercusión que tuvo en los medios locales, decidieron no hacerlo. La alcaldía permitió a Angela repartir comida hasta el 24 de agosto, pero el próximo verano la mujer tendrá que pagar por sus labores de caridad. Prattis, que tiene tres hijos propios y uno acogido, declaró a los medios locales que nunca dejará a ayudar a los niños pobres. La solidaridad es un delito es aquel país... ¡Maldito Estados Unidos lleno de opresión! Apuesto a que si se tratara de drogas o armas, no habría ningún problema. ¡Totalmente indignante!
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| Lugar donde Angela (inserta) alimentaba a estos pobres chicos. |
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-Jorge-
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