¡Hola lectores! ¿Cómo les va? ¿Bien? ¿De veras? ¿Seguros? Pues que bien. ¿Creían que hoy me iba sin mi entrada? Pues no, no creo que sea sano aumentar más mi deuda, así que aquí estoy retomando una sección que creo que he estado dejando un tanto abandonada. ¡Pero aquí estoy!, retomándola. Y bueno, no tengo nada más que decir... Ah, sí, esta es la historia friki más larga que he hecho hasta ahora. Ojalá tengan tiempo libre... ¡Vamos a la entrada!
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El bosque de Mirh se hallaba en un penumbrante silencio que abrazaba a todo aquel que lo percibiese. Decenas de pequeñas ardillas manejaban el aire, de modo que las levantara y desplazara por el viento, como si volasen. Hace tiempo, a Darrel le parecían aves, pero desde que se perdió en la infinidad del bosque, se dio cuenta que en efecto, eran ardillas. Cuando Darrel despertó, se quedó acostado en su cama, viendo la parte superior de su tienda, con un brazo reposado en su cabeza. Había mucho que rondaba en su cabeza, muchas cosas que haría ese día. Lo más importante era, sin duda, su entrenamiento elemental. Aquello que tanto estaba esperando, al fin había llegado.
Con una sonrisa, se puso
de pie y caminó fuera de la tienda. Para su sorpresa, el bosque no contaba con
su peculiar neblina desde la mitad de los árboles hasta donde la vista apenas
alcanzaba llegar, esta vez estaba todo despejado. Y por primera vez a la luz
del sol, Darrel pudo apreciar a plenitud
la altura de los árboles. Eran gigantezcos, apenas se podía apreciar la copa de
algunos, casi siempre la vista se obstruía por las ramas de los demás. Caminó
hacia donde se suponía que estaba la tienda de Caitlin y Caitlin, pero por
alguna razón, no lo estaban. Ni siquiera estaban las cenizas de la fogata de la
noche anterior. Darrel se hallaba sólo.
El frío viento sopló por
el campamento, haciendo volar las hojas que en el suelo se hallaban. El
escenario de bosque y viento dejó a Darrel con una impresión digna de la
situación. Pero lastimosamente, no era el momento para admirar el paisaje, ya
que no sabía qué ocurría, ni por qué estaba solo en el campamento. Entonces,
por efecto del viento, Darrel notó el movimiento de una figura roja, justo a su
derecha, unos diez pasos de distancia.
Darrel giró su cabeza y
vio una rama de árbol estancada en el
suelo, con un pañuelo rojo atado a ella. No lo había visto antes, así que
Darrel se acercó con incertidumbre. La vara se movía de lado a lado, como si en
cualquier momento fuese a soltarse de su posición y salir volando. Cuando
Darrel estuvo suficientemente cerca, se agachó y vio el pañuelo rojo. Tenía un
mensaje escrito.
Oeste.
Sigue las
señales, el entrenamiento ha iniciado
-CC-
Después de leer, Darrel
se sorprendió, sobre todo por el hecho de un inicio tan repentino y extraño de
entrenamiento. ¿Hacia dónde estaba el Oeste? Era más que claro que Darrel debía
ir en esa dirección, pero no sabía qué camino tomar. Estaba a mitad de sus
pensamientos, cuando la vara se soltó y se fue por lo aires. Darrel la vio alejarse,
sabiendo que eso ocurriría tarde o temprano. Y luego se percató de lo que
ocurría.
¡Caitlin!
Pensó, luego de darse cuenta que el viento iba en dirección contraria al rumbo
de la vara. Seguro que me controlan, ya
saben que leí el mensaje, y en esa dirección seguro que es el Oeste. Guiado
por sus pensamientos y el curso de la vara, Darrel fue en dirección hacia su
tienda, dejándola atrás después de varios pasos. Se adentró en el bosque, sin
dejar de seguir su camino todo recto. Después de cinco minutos de caminata
incesante, Darrel hayó otra señal identica a la primera pero esta vez con un
mensaje distinto.
Noreste.
El controlar un
elemento depende crucialmente
del poder
mental de cada quien. O sea, su Psique.
Para alcanzar
el Psique, basta con concentrarse y manejarlo
como sea
requerido. Basta con que busques tu poder interno.
Te lo explicaré
mejor luego.
Derrite el
hielo.
-CC-
Darrel vio detrás de la
señal un cubo de hielo del tamaño de un puño, y se acercó a él. Le vio por unos
segundos y luego se sentó frente a él, viéndolo fijamente.
No recuerdo exactamente cómo llegué a desplegar mi
poder. Pensó Darrel acercando su
mirada cada vez más al cubo. Entonces notó algo, una figura dentro del cubo de
hielo. Después de verlo con más detenimiento, determinó lo que había dentro.
Una brújula. Esta brújula significa… Volteó su mirada hacia la señal, y esta se
hundió en la tierra sin hacer un solo ruido. Ya no le ayudarían a orientarse.
Ahora Darrel debía seguir por sus medios y poder personal para conseguir la brújula
y seguir con el recorrido.
Darrel entonces cerró sus
ojos, y dio un suspiro largo y profundo. Sin abrir sus ojos, pensó en cómo
llegar a su poder interior, y cómo sacarlo a luz. Trató de imaginarse su mente
como un bosque lleno de caminos, que al final todos llevaban a un destino
final: Su Psique. En el mismo bosque, Darrel recorrió todos los posibles
rumbos, esperando encontrar su poder después de un tiempo. Pero, a pesar de sus
efuerzos, Darrel terminó enredando su propia mente desde unos cuantos caminos
hasta cientos de miles de vueltas y caminos sin sentido que no le dejaban
avanzar. Y se rindió.
Abrió sus ojos y cayó de
espaldas. Estaba exhausto simplemente de intentar llegar a su Psique, y no
quería imaginarse si quiera lo que llevaría controlar su elemento. ¿Pero qué digo? ¡Yo ya lo controlé! Sus
esperanzas se elevaron, y se sentó, aún exhausto, dispuesto a continuar con el
mismo procedimiento. Miró fijamente a la encerrada brújula, y se llenó con
deseos de conseguirla. De nuevo se figuró un bosque con senderos, esta vez
simplemente recorrió uno de ellos, sin pensar en nada más. Mientras más
caminaba, más caminos opcionales se abrían para él, confundiéndole aún más,
mientras debía continuar con un único camino a seguir. En esta ocación, logró
reducir el número de caminos, controlando mejor su mente, pero a pesar de esto,
volvió a caer exhausto, incluso más que la vez anterior.
Vio al techo de árboles y
se imaginó lo hermoso que el cielo seguramente estaba ese día. No lo había
visto del todo, si mucho algunas partes desde el campamento, pero no lo había
podido apreciar por completo. Luego de esto, el viento sopló otra vez,
obligándole a sentarse gracias a las decenas de hojas que revoloteaban al ritmo
del mismo viento, hacia la cara de Darrel. No dudó en seguir con su
procedimiento. Para su mala suerte, lo único que conseguía era estar cada vez
más y más exhausto que la vez anterior, quitándole las ganas de seguir con el
entrenamiento.
¿Qué me ocurre? ¿Tan difícil es llegar a mi
Psique? De nuevo, se recostó en
el frío suelo, de nuevo a relajarse viendo las ramas de los árboles. Giró su
cabeza a la izquiera, para evitar las hojas que acompañaban al viento que
viajaba desde la derecha de Darrel hacia la izquierda. Ese moviemiento de cabeza
le permitió ver un pañuelo rojo atado a la rama de un árbol bajo. ¿Otra señal? Se preguntó Darrel. Se
levantó y caminó hacia el árbol. Para su desfortuna, la señal se hallaba muy
alta, en una rama inalcanzable. Dándose cuenta de su situación, Darrel inspeccionó
el aspecto del árbol dónde se hallaba la señal, y concluyó que su estado era
óptimo. Para ser escalado.
Apoyó firmemente su
pierna derecha en el tronco, mientras se sujetaba de algunos orificios que se
hallaban en el mismo, y luego si impulsó hacia arriba. Utilizó su pierna
izquierda para tener soporte, y repitió el proceso hasta llegar a la altura
deseada. Justo llegó a la rama que buscaba, pero la señal se encontraba lejos
de él aún. Aventurarse por la frágil rama causaría que cayése, a una caida de
por lo menos siete metros de alto. No tuvo más remedio que sujetarse con una
mano del tronco, y estirase con todo para intentar alcanzar la señal. Por más
que lo intentaba, no llegaba a la posición exacta. Cada vez se sujetaba con
menos dedos desde el tronco, estaba a unos centímetros de conseguirla. Y la
rama se quebró en dos partes.
Darrel cayó, por suerte,
de pie, dejándoles oportunidad de agacharse progresivamente en relación con su
impacto del suelo, para al final tirarse al suelo. La mayor parte del impacto
fue absorbido, aunque Darrel sentía el dolor en sus piernas. Abrió su mano, y
allí, en su palma, estaba la señal. Darrel sonrió y se sentó en el suelo, dispuesto
a leer lo que recitase la señal.
PISTAS DE AYUDA
Imagina que
esto es tu Psique.
-CC-
De regreso al cubo de
hielo, Darrel pasó pensando en el significado de la pista, sin muchos
resultados. Y después de concluir en que no tenía la más mínima idea de lo que
era esa señal, se sentó y pensó.
¿Cómo Caitlin y Carsten me hicieron alcanzar tan
forzosamente algo inútil? Darrel
entonces se dio cuenta de algo, algo que no había percibido, algo que recién él
mismo había pensado. La palabra “alcanzar” resonó en su cabeza después de
terminar su anterior frase. Todo este
tiempo estuve buscando, a través de caminos, mi Psique por mi cabeza. Pero, si
tomamos en cuenta que mi Psique es representado por esta pista, entonces
podemos deducir que el Psique no es algo que se busca, es algo que se sabe
dónde está, y lo único que hay que hacer es alcanzarlo. Yo no encontré la
señal, simplemente llamó mi atención. Todo se volvió claro para Darrel
entonces, y se volvió hacia el cubo de hielo, y cerró sus ojos una vez más. No debo buscarlo, solamente alcanzarlo.
Entonces se imaginó en su mente, sin caminos, sin bosque, solamente la penumbra
en su mente, y nada más. Estiró su brazo, cada vez más y más. A diferencia de
sus anteriores intentos, esta vez estaba consiguiendo sentir algo diferente,
algo que tomaba su brazo y lo estiraba con fuerza, y a la vez lo empujaba.
Darrel forzó aún más su estiramiento, y antes de que se diera cuenta, una
cálida corriente atravezó su brazo y llegó a su pecho. Darrel sintió frío como
nunca, y abrió sus ojos. El poder rebosaba de su cuerpo, y notó que cada una de
sus manos era rodeada por un aro blanco. Era un sentimiento extraño, vivo,
asombroso, y Darrel a penas podía mantener ese poder en su cuerpo. Y antes que algo
ocurriese, tocó el cubo de hielo con uno de sus dedos. El hielo fue absorbido
por completo, y transferido directamente al cuerpo de Darrel, quien sifrió un
escalofrío y se dejó caer de espalda.
Estaba jadeando, y
también sudando un poco. La energía le había abandonado ya, no sin antes
dejarle exhausto como pocas veces. Entre jadeos, comenzó a reir; reir como si
hubiera sido el ganador de algo grande, como si su vida hubiera dado un giro en
total favor para él.
Apoyándose en sus brazos,
Darrel se sentó y vio hacia donde estaba el cubo de hielo, ahora solamente una
brújula estaba allí. Darrel esperó a estar suficientemente descansado, se
levantó, tomando la brújula. La vio como si fuera el premio de su vida, como si
no hubiera nada como esa pequeña e insignificante brújula. Estaba hecha de
madera, una madera que aparentaba ser tan fuerte como cualquier metal; Estaba
pintada de un color dorado brillante, y con numerosos detalles lineales negros
por todo el cuerpo. Dentro, el indicador del Norte parecía estar hecho de la
misma madera, pero de color negro, con detalles similares a los del mismo cuerpo
de la brújula, pero hechos en dorado. La encerro en su puño y volvió a reir. Este es solamente el primer paso… Abrió
su mano y vio la brújula. Su siguiente destino era hacia el Noreste.
Localizó el Norte y
corrió hacia donde estaba el Noreste. Tardó menos que la última vez en
encontrar la siguiente señal. Estaba también en una vara clavada en el suelo,
con el mismo pañuelo rojo, con otro mensaje escrito.
Oeste
Todo Psiquer
tiene un arma especial dedicada a la
explotación de
su elemento. Es hora que descubras tu propia
arma. Moldea
con hielo lo que vayas a usar, y destruye
el títere.
-CC-
¿Arma?
Darrel no se había puesto a pensar en qué utilizar como arma nunca. Desde niño
añoraba ser un guerrero, que junto a su escudo y espada salvaría a una mágica
tierra llena de misterios. Así que eso fue lo que decidió, moldear una espada.
Debía alcanzar una vez
más su Psique, y luego de eso, transformar su energía en hielo, para luego
transformarlo como deseara. Entonces, Darrel cerró sus ojos y se concentró, de
nuevo imaginándose estirando su brazo para alcanzar su Pisque. Sentía como si
en realidad estuviese moviendo su brazo hacia adelante, sientiendo algo
asombrosamente poderoso frente a él. Y justo cuando llegó a alcanzar su Psique
otra vez, y sentír aquel frío incomparable, abrió sus ojos.
De nuevo, se sentía con
mucho poder que salía de él, ya sin el frío del proceso, y otra vez con los
aros en sus manos. Esta vez luchó para mantenerse en este estado, incluso
temblaba. Puso ambas manos frente a él y plasmó en su cabeza la imagen de una
espada simple. Utilizó ese poder que se le otorgó, e intentó materializar la
espada, mientras cerraba sus ojos. Sintió cómo el poder fluía fuera de él,
haciendo algo. Y en determinado momento, su poder se terminó. Y abrió los ojos.
Nada. No había
absolutamente nada frente a él. Ni la espada de hielo, ni si quiera el más
pequeño cubo de hielo; Nada. Y para su mayor desmotivación, estaba exhausto y
se recostó en un árbol cercano, preguntándose sobre su reciente fallo. ¿He hecho algo mal? ¿Es tanta energía la
necesaria para hacer hielo? Darrel llevó sus manos a su cara, y suspiró. Para empezar, ¿Dónde está el títere?
Darrel observó por todos los ángulos desde su posición, observando diversos
animales pequeños que corrían a través de las ramas de los árboles, pero no
habían señales del títere. Darrel pensó que tal vez Caitlin lo haría aparecer
después de haber hecho su arma. Así pues, Darrel repitió su anterior
procedimiento, volviendo a alcanzar su Psique. Y por segunda vez, no había
nada.
Darrel no se rindió, a
pesar de estar cansado, ya deseoso de descansar y dormir. El cansancio terminó
por vencerle después de su octavo intento, y se recostó en las raíces del árbol
donde se había recostado hace no mucho. Antes de cerrar sus ojos para dormir,
vio las ramas del árbol. Y allí, justo en las distantes ramas, estaba la pista
para esa fase. El pañuelo rojo se andulaba con fuerza, dado el viento que hasta
arriba había. Con un saltó, Darrel se levantó y alzó su mirada hacia arriba,
contemplando la altura en la que la pista se hallaba. Demasiado alto, no me puedo arriesgar a caer desde tal altura. Darrel
suspiró y comenzó a pensar en maneras de alcanzar la pista. Movía su cabeza a
los lados, ideando algo, pero sin resultados. Se sentó en el suelo, pues seguía
cansado, y siguió viendo la pista, ondulante e inalcanzable, como si se burlara
de Darrel. Darrel sintió un poco de enojo al no tener posibilidad de
alcanzarla. Entonces las vio.
Sus ojos se abrieron como
platos, y su boca esbozó una sonrisa. Alrededor de la pista, volaban tres
ardillas que se preguntaban qué era aquel pañuelo rojo en medio de tantas
ramas. Darrel se volvió a levantar, y les habló.
-¡Hey! ¡Aquí abajo!- Las
ardillas se vieron mutuamente, y luego decendieron en picada, para caer luego
suavemente frente a Darrel, quien se acercó a ellas y se sentó. -Hace tiempo que
no hablaba con ustedes. Esto… Son “ustedes”, ¿Cierto?- Las ardillas rieron y
asintieron. Darrel también dejó salir una pequeña risa. -Lamento esto, pero de
nuevo necesitaré de su ayuda. ¿Me echan una mano?- Darrel sonrió y puso un dedo
frente a las tres ardillas, quienes pusieron sus pequeñas patas en su dedo y
asintieron. -¡Gracias!- Luego de esto, Darrel les explicó sobre las pistas, y
sobre la prueba que estaba pasando. Icluso les habló de sus dominantes ganas de
dormir. -Y es por eso,- Continuó. -que debo
alcanzar el pañuelo. ¿Podrían alcanzarla?
Las ardillas pensaron un
poco, y se veían unas a otras. Al final movieron su cabeza de lado a lado,
negando.
-¿Qué? Pero… Pero dijeron
que me ayudarían. ¿Cambiaron de parecer?- Las ardillas de nuevo negaron con la
cabeza. -Muy bien, entonces, ¿Por qué no me ayudarán?- En esta ocación, las
ardillas asintieron. Darrel estaba confundido, y antes que pudiera decir algo
más, las ardillas subieron a su cabeza subiendo por la espalda. Y levantaron
vuelo.
Junto a Darrel.
La primera impresión de
Darrel ante la situación fue miedo y temor, pues le tomaron por sorpresa. Las
ardillas claramente estaban usando mucha du su energía, pues por momentos su
fuerza bajaba y Darrel caía unos cuantos centímetros. Suficientes para casi
matarle de un infarto. Después de cinco segundo de ascendencia, llegaron hasta
la pista. Darrel no dudó en lo más mínimo en tomarla con todas sus fuerzas,
entre más rápido terminara el vuelo, mejor. Pero algo detuvo la intención de
Darrel, y es que el pañuelo simplemente no se soltaba. Darrel se puso blanco
como la nieve. Intentó más fuerte, pero el pañuelo no se soltaba de la rama, y
las ardillas comenzaban a debilitarse considerablemente. Coma un acto
desesperado, Darrel cortó la rama, en lugar de la señal, y la dejó caer. Las
ardillas, felices, empezaron a descender. Darrel estaba aliviado.
Pero cinco metros antes
de llegar a tierra, las ardillas no soportaron el peso de Darrel y le dejaron caer.
-¡Agh!- Darrel quedó en el suelo, sintiendo mucho dolor. Las ardillas llegaron
a su lado, y Darrel les habló. -Gracias, por la ayuda… Ay…- Se levantó dolorido
y caminó hacia la pista, y antes de poder leerla, las ardillas volaron en
círculo a su alrededor, y comenzaron a alejarse. -Oh… ¡Adiós! ¡Y Gracias!-
Luego de unos segundos, Darrel ya no les logró ver, y se dispuso a leer la
pista.
PISTAS DE AYUDA
De nuevo, esto
es tu Psique. Compara ambas pistas.
¿Qué las
diferencia?
-CC-
De nuevo, Darrel se
hayaba con dudas acerca de la pista. No hallaba el significado de la misma. ¿Qué las diferencia? Pues… Una estaba más
alta que otra. ¿Qué quería decir esto? Darrel se sentó a pensar. ¿Más alto? ¿Mi Psique está ahora más lejos?
No, hace momentos cuando lo alcancé estaba a la misma distancia a la que la
descubrí. Entonces, ¿Qué significa? Tal vez sea un segundo Psique… No, eso es
imposible, una persona no puede tener más de un Psique.
Tal vez no otro Psique… Tal vez… ¿Otro nivel? Darrel volvió a abrir fuertemente sus ojos, y por
alguna razón pensó en los aros que aparecían en sus manos cuando empezaba a
utilizar su Psique. La primera vez,
habían tres en cada mano, y luché de manera fonomenal. Cuando absorbí el hielo,
solamente había uno. Entonces, el uso de mi Psique se desarrolla en tres
distintos niveles, designados por la cantidad de aros que hayan en mi mano. …
¡Esto es interesantísimo! Significa que debo alcanzar el segundo nivel, más
allá del primero. Pero, ¿Cómo? Eso era un problema, con mucho esfuerzo
Darrel lograba alcanzar su primer nivel de Psique. Hay que intentarlo. Darrel cerró sus ojos otra vez, y se concentró.
Volvió a estirar su brazo para alcanzar su Psique, y cuando lo sintió lo
suficientemente cerca, lo evitó y fue más lejos. Mala idea.
Abrió los ojos
abruptamente, cayó hacia atrás, jadeando. ¿Qué
hice mal? Darrel se recostó, aún jadeando, en el suelo, y vio, como ya se
había vualto su costumbre, hacia las ramas de los árboles. Tal vez deba buscar otra diferencia entre las pistas. Puede ser tal vez…
¿Cómo las obtuve? Darrel sintió como si estuviese llegando a la resolución
de algo, sentía como si estuviese a punto de resolverlo. Pero no sabía qué
pensar. La primera la obtuve por mi
mismo, y la segunda… Con ayuda… No puedo pedirle a las ardillas que entren a mi
mente a buscar el segundo nivel de Psique, eso por seguro. Y… ¿Y si no es con
ayuda ajena? ¿Y si la ayuda está dentro de mi? ¿Y si...? ¿Y si debo ayudarme
con mi primer nivel? Darrel quedó pensando en esa posibilidad por el
siguiente minuto, y se decidió a intentarlo. No iba a permitir el paso de la
energía de su primer nivel hacia su cuerpo, e iba utilizar la materialización
de si Psique como base para alcanzar el nivel lejano. Hay que intentarlo. Y de nuevo, se concentró en alcanzar su Psique.
Esta vez, al alcanzarlo,
no se dejó llevar por el poder del mismo, y lo escaló como pudo. Al llegar a lo
que parecía ser la cima, dio un saltó a la nada y estiró su brazo cuanto pudo.
Entonces lo alcanzó, con el primer roce ya estaba lleno de poder y con los ojos
abiertos. Ahora, en cada mano había dos aros, y Darrel sonrió. ¿Cómo hice eso? Rió en su interior y
recordó que tenía el tiempo limitado. Se concentró y expulsó su energía, con la
imagen de la espada en su mente. Cerró sus ojos, y en el momento que iba a
terminarse su energía, otra imagen voló por su mente, cambiando por completo el
destino del arma. Darrel no estaba seguro de qué era la imagen que había volado
frente a él. Cuando abrió los ojos estaba en el suelo, cansado del uso de
enrgía. Y frente a él, su nueva arma, lista para usarse. Darrel la vio con
sorpresa y desprecio. Era un arco y tres flechas.
-¡Pero si me imaginé una
espada!- Dijo Darrel, mientras se levantaba y recogía el arco y lo examinaba.
Tenía un diseño curvo simple, sin nada de gran prestigio. Su única cuestionante
era la cuerda que tenía. Parecía ser hielo, pero tan flexible como el hule. -No
entiendo… Esa última imagen en mi cabeza… ¿Cambió todo?
De repente, Darrel notó
un movimiento en su campo visual, y giró la cabeza. Una figura hecha de trapos
flotaba a cuatro metros de él. ¡El
títere! Darrel corrió hacia ella, dispuesto a estancarle la punta de su
arco. Pero el títere voló muy alto y esquivó a Darrel. Darrel vio su arcó y
concluyó en algo. Caitlin quiere que use
el arma que creé… Aunque no me guste. Darrel corrió hasta donde había
dejado sus flechas, y tomó una. Agarró el extremo con una mano, y con la otra
sujetaba el arco. Posó la flecha en la posición correcta, estiró. Cuando menos
se lo esperó, soltó la flecha dándole de lleno al títere, clavándolo en un
árbol. ¿Ah? ¿Tengo puntería? Darrel
nunca se había puesto a pensar en su puntería, pues nunca se imaginó que tener
precisión le sería útil en la vida. Pero ahora había descubierto que eramuy
hábil con el arco. ¡Increible! Este
entrenamiento es incluso mejor de lo que esperaba. Acto seguido sacó la
brújula de su bolsillo, y buscó el Oeste.
De camino al Oeste,
Darrel dedujo qué, si era una señal por nivel a entrenar, entonces era muy
probable que estuviese en la última prueba. Con las ansias de terminar, Darrel
corrió cuanto pudo, hasta terminar en un claro. Sin techo de árboles, se podía
admirar el majestuoso cielo azul a través de un agujero de unos 5 metros de
radio entre las rámas. Todo esto sería hermoso, de no ser por lo demás que se
hallaba en el claro. Justo en el medio, un lobo negro tan alto como un adulto y
con ojos rojos, que significaban que utilizaba el elemento fuego, estaba
atrapado en una especie de domo cristalino. Darrel se asustó sin más, ese lobo
le parecía muy temible. Justo en sus pies, encontró otra señal. Se agachó
lentamente en caso de un posible ataque por parte del lobo, y tomó la señal.
Quédate aquí.
Derrota al
lobo, usando tu elemento.
Acopla ambos
niveles.
-CC-
PD: Este es la
última fase.
Darrel palideció con la
mera idea de tener que enfrentarse a semejante lobo. Pero justo cuando Darrel
pensó que estaba lo suficientemente asustado, el domo que retenía al lobo
desapareció. Y el lobo quedó libre.
Episodio 9 - Entrenamiento Elemental
--------------------------------------------------------------------------------¡Qué emoción! ¡El próximo episodio ya es el décimo! *Baile ridículo en medio de una muchedumbre* Recuerden, para el décimo hay sorpresa... Ahora que lo pienso, mis últimas tres entradas han sido con Fighting Sephiroth... No, me he emocionado más de la cuenta. Para la próxima prometo traerles una historia random... fikísima. Muy bien, no olviden alimentar a los peces, recomendarnos con TODOS, intentar los panqueques con Nutella y M&M's, y ser cortés al conocer a alguien nuevo. Ojalá os libréis de Eate. ¡Hasta la próxima!
-Guille-
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