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10/5/12

Risa

¡Lectores! ¿Cómo va su emocionante vida? Emocionante, seguro. Ahora vengo a reponer la Historia Friki que debí haber publicado el viernes pasado. Espero que les guste un montón... Bueno, con un poco me conformo. Vamos a ella.


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Desperté en la obscuridad de mi habitación, iluminada tenuemente por la luz de la luna. Mis parpados me exigían cerrarse, pero yo resistía, no tenía idea de cuánato tiempo había dormido. Sentí el frío que pasaba a través de mi ventana, acompañado de un escalofriante viento que erizó mi piel. Cuando me decidí a despertarme del todo, me senté y vi a mi alrededor. Lo primero que noté fue que estaba durmiendo en mi sofá, y me cubría una manta de tela que me cubría del frío perfectamente. Luego de eso noté un movimiento rápido en una esquina de la habitación.  Una araña pensé, y me decidí a encender la luz y matarla. La claridad que tenía en la obscuridad era realmente buena, debido supongo a no estar en contacto visual con ninguna luz fuerte. Cuando me puse de pie, me estire y bostezé. Una habitual sensación de regeneración de energía inundó mi cuerpo, y caminé hacia la puerta. Al intentar encender la luz, ésta no lo hizo. Deduje que había un fallo con la bombilla y no le di mucha importancia, pero mi temor principal era que la araña se escondiese mucho y luego no fuera capaz de encontrarla. Abrí la puerta y salí al pasillo. Estaba en la penumbra, justo como mi habitación. Dí un paso hasta que un movimiento rápido me rozó el pie y se alejó de mi. La araña pensé, pero me lleve un susto como pocos. Caminé hacia el final del pasillo, donde yo podría encender la luz. Nada. Después de intentar algunas veces, lo dejé y fui a la cocina, a encender candelas. Caminé lenta y cuidadosamente, sintiendo el frío suelo a través de mis descalzos pies. El silencio reinaba, sentía mis latidos más fuertes que nunca. ¿De qué me asustaba? No lo sabía, pero la noche me daba escalofríos. No pasa nada, ¡No puedo tener más miedo! me dije, tomé valor y caminé más firmemente. Al entrar en la cocina, me detuve en seco. No veía nada, pero lo sentía. Cientos de miradas que me esperaban estaban allí, inmóviles, penetrando mis pensamientos con su propio filo. Solamente habían pasado cinco segundos, y deje de tener esa horrible sensación. Me tranquilizé y caminé a un mueble donde se guardaban las candelas, y tomé una. La encendí con fósforos que tenía en mi bolsillo, y tuve una mejor claridad. Pero no vi nada que me alegrare, lo siguiente que vi fue algo horroroso. Todas las paredes estaban rajadas, y los cuchillos que se utilizaron estaban enterrados en las mismas. Las grietas producidas eran cientas. Depués de ver con horror todas las paredes, me dí cuenta de unas grietas en particular que estaban junto a la puerta de entrada, y que formaban unas palabras. PARA TI, decían las palabras. No lo soporté más, dejé caer la candela y corrí a mi habitación, y me encerré. ¿Quién estaría haciendo semejante broma pesada? No dejaba de repetirme estas palabras, quería convencerme que todo era una broma. Entonces, cuando creía que no podía empeorar la situación, oí los sonidos más tenebrosos de toda mi vida. Cinco golpetazos le dieron a mi cerrada puerta, el sonido de los golpes retumbaron por toda la casa, y resonaron en mis oídos como ataques directos a mi corazón. No pensé en nada más que en llorar, y esperar por que alguien me salvase. No lloré, más que eso sollozé desconsoladamente. Por unos diez minutos, el silencio me sonaba más fuerte de lo que nunca había hecho. Miré al exterior por la ventana. La Luna estaba allí, moviéndose lentamente, las nubes pasando frente a ella. La luz que me dió en la cara me tranquilizó un poco, pero seguía con miedo. De repente, salido de la nada, una pequeña creatura con brillantes ojos rojos golpeó mi ventana con esfuerzo, mientras chillaba agudamente. Yo de la impresión me tiré hacia atrás, y caí en mi cama. Me metí en las como pude y volví a llorar. La ventana seguía retumbando cuando oí el crujido de mi puerta al abrirse. Alguien había entrado a mi habitación, y yo no podía hacer nada. Aquí termina todo, me dije, conciente de que estaba a punto de morir. Entonces todo cambió.
-Hey, Luna, que todo es una broma, ¿Eh? No tengas miedo- La voz de mi hermano me hizo salir de las sábanas y darle un fuerte abrazo, segura de que ya no había nada de qué preocuparse. Luego le di puñetazos en todos los lugares que pude.
-¡¡¿¿Que mierda te pasa subnormal??!! ¡¡Casi me muero del miedo, imbécil!!- Le grité y grité, pero no dijo otra palabra. Cuando me cansé de pegarle, subí la mirada para verle la cara. Estaba sonriendo levemente, viendo la pared -¿Te ocurre algo? ¿Ya habrá terminado tu broma no?
-Si- Respondió al fin, luego de un minuto en silencio -Hahaha...- Comenzó a caminar hacia la puerta, dejándome en mi cama -Hahaha HAHAHA- Su risa no era de diversión, tenía un tono distinto, más siniestro. Yo me levanté y lo seguí, todavía con mucho miedo.
-¿A dónde vas?- Le pregunté. Al oir esto, se detuvo  y me miró fijamente, y siguió con su extraña risa, sin moverse de su posición ni dejarme de ver a los ojos. Y sentí miedo de mi propio hermano -¡Ya para con tus idioteces!
Él solamente me miró y rió, y se fue caminado. Yo no lo podía seguir, el miedo ya me había paralizado y no pude hacer más que verlo alejarse, hacia la cocina. Escuché desde mi posición como los cuchillos que estaban en las paredes comenzaban a salir, y a ser arrojados al suelo, con fuerza. Cuendo hubieron unos segundos de silencio, mi hermano comenzó a reir de nuevo, esta vez con verdadero significado malévolo. Intenté moverme, mas no pude. Y de repente, en el segundo piso se empezaron a oir multitud de sonidos fuertes, como pizotones, pero diez veces más ruidosos. Una y otra y otra vez los pizotones sonaban, y yo estaba en el suelo, cubriéndome la cabeza. En medio del pánico, vi hacia la cocina una vez. A unos diez metros de mi, estaban unos grandes ojos rojos viéndome fijamente, y se acercaban, cada vez más rápido. Cuando estaba a unos cuatro metros de mí, la pequeña creatura comenzó a correr y se avalanzó sobre mí. Mi hermano reía, mientras la creatura me atacaba, y yo me defendía como podía. Sentí como la pelea con la creatura liberó mis piernas, y salí corriendo. 
Después de correr, logré salir de casa. Me tiré al césped y allí me quedé, inmóvil. Sorprendentemente, no escuché un solo sonido desde que salí de la casa. No tenía el valor suficiente como para levantarme y hacer algo, quedarme ahí tirada me parecía lo mejor. 
Un fuerte olor llegó a mi, un olor que me dasagradó mucho. No tardé en reconocer ese olor, siempre que iba a acampar lo sentía, a la noche. Olor a madera quemándose. Me levanté lo más rápido que pude y vi a mi casa. Fue tan solo una pequeña parte la que se quemaba al inicio, después de cinco minutos toda mi casa estaba ardiendo. Ví hacia una ventana dle segundo piso, y allí estaba mi hermano, riéndose como si nada le estuviera pasando a la casa. La creatura recorría todo el cuerpo de mi hermano, resguñándolo, hiriéndolo de gravedad. Caí de rodillas y comenzé a llorar de nuevo. Podía sentir como personas se acercában a mi. Eran dos, y caminaban fuerte y seguramente. Después de sentir su presencia a mi lado, sentí mucho dolor, demasiado para mi resistencia, y me desmayé. 
Ahora no sé que pasa, ni dónde estoy. Estoy en una fría habitación color gris, sin ventanas, con un vaso de agua para sustentarme y mantenerme con vida. ¿Qué pasó esa noche? Nunca lo sabré, y para ser honesta, prefiero no saberlo...

FIN
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Yo creo que la historia quedo muy corta, en relación a historias anteriores. Esta es mi primera historia con aires de terror,. Claro, esto no se compara con historias dedicadas de lleno al terror, pero vamos, que es la primera que hago. Espero que la hayan disfrutado mucho, recuerden aliemntar a los peces, recomendarnos con TODOS, y comer banano con miel de maple o de abeja, con la opción de poder agregar canela si se desea. Me voy, estoy que me parto del sueño. ¡Hasta otra!

-Guille-

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